En este séptimo episodio se cuenta el momento cuando empecé las infiltraciones del pelo, recaídas del tratamiento y mi primera colección de moda
Dejé pasar algunos meses hasta junio, que era cuando tenía la siguiente consulta para ver si había evolucionado la cosa. Mientras tanto iba siguiendo a raja tabla el tratamiento, para que me hiciera efecto. Llegó Junio, y la cosa con las placas seguía igual, mucho peor respecto la última vez que fui. La doctora viendo lo visto me propuso hacer el tratamiento sistémico por vía oral, que básicamente era cortisona en pastillas. Fue sincera y me explicó que era el más efectivo, pero a la vez el más agresivo, ya que era un tratamiento vía interno. A la vez me hacia más vulnerable a tener complicaciones por sí en un futuro padeciera algún virus y enfermedades. También tendría que hacerme un seguimiento con análisis de sangre cada mes, y que podía tener efectos secundarios en mi cuerpo. Por ese entonces había escuchado que con ese tratamiento, se podía hinchar tu cuerpo dependiendo cómo reaccionara. Por todo ello, lo rechacé ya que aun no estaba tan mal como para someterme a eso. Entonces la doctora me dio una alternativa de hacerme infiltraciones en las placas superficiales con” trigon a Qx” mediante anestesia tópica. Consistía en unos pinchazos aplicados en las clapas para facilitar la reaparición de pelo. Este tratamiento no era agresivo como el de las pastillas, era superficial y no tenía efectos secundarios. Le dije un sí rotundo. El problema de ello, es que es muy molesto y doloroso, porque son como 6 a 12 pinchazos en el cuero cabelludo, encima las placas laterales, que encima se notan mas dolor. Realmente sufría mucho cuando iba a hacerme las infiltraciones. No puedo mentir, era doloroso, molesto y encima te deja un dolor en esa zona, durante un par de horas. Incluso algunas veces me salían lagrimas del dolor por los pinchazos. El día que me lo hacían, siempre me lo tomaba como relax. Después de la consulta, llegaba a casa, y siempre me tenía que tumbar para que se me pasara el dolor. Cualquier movimiento que hacía con la cabeza, me dolía. Es como tener pinchazos y mucha presión durante unas horas en la cabeza. Yo por entonces me centraba en la idea de que solo duraría dos años, qué era lo que la doctora me dijo que duraría. Así que la tortura no iba a durar para siempre. Estas infiltraciones solo eran cada cierto tiempo, los demás días solo me tenía que preocupar por ponerme el minoxidil y tomarme las vitaminas.
Pasado el verano, empezaba nuevo curso, tercero de carrera concretamente. Comencé el curso con mas ganas que nunca, ya que notaba notoriamente que me había crecido más pelo en las placas. Y el haber viajado durante las vacaciones, me hacía estar mejor con migo mismo. Por ello retomé el inglés, que lo había dejado años atrás, cuando dejé el bachiller. Ese mismo curso de BAU, decidí partírmelo en dos años, ya que me notaba algo agobiado, y preferiría ir a mi ritmo. También porque me quise centrar en el proyecto de moda llamado PRIVÉ. Consistía en hacer una colección de 15 prendas, donde las tenía que presentar en un show room de cara al público al final de curso. Me quise centrar en un tema que con los años me a ido afectando, mediante iba desarrollando mis gustos y aficiones. He sido un chico que siempre me ha gustado cuidar mi cara, y cuando empecé a utilizar el maquillaje, me di cuenta que el hombre no tenía presencia en el maquillaje. Luego la ropa siempre la he visto sin genero, así que a todo ello pensé la idea de romper los estereotipos masculinos de la sociedad. Lo representé mediante los personajes de los superhéroes de videojuegos, con la idea de reflejar el empoderamiento de los chicos que sienten que no encajan en esta sociedad. Siendo cada chico que lucha por su causa, su propio superhéroe. Todo ello con inspiraciones del colectivo drag-performático y colectivo queer, a lo que me llevo ponerle nombre a la colección de “superqueer”. Este proyecto supuso un autodescubrimiento a muchos niveles personales, de los cuales estoy muy agradecido y orgulloso del gran trabajo que realice. También me sorprendí de lo que podía llegar a hacer, trabajando constantemente y bien organizado.
Pasando a la alopecia, desde mediados de curso, la gran evolución que había remontado gracias a las infiltraciones, se estancó. Parecía que había perdido un poco de densidad en las placas. Seguramente del estrés que conllevaba hacer la colección de moda que estaba realizando. Recuerdo que era muy exigente conmigo mismo, ya que tenía mucha ambición por lo que estaba creando. También de muchos momentos de estrés, por lo que implica ser tu propia empresa de moda y la responsabilidad de llevarlo acabo. En enero de 2018, tenía otra vez consulta. Me volvieron a poner las infiltraciones para ver si se remontaría la cosa. A todo ello la Doctora decidió hacerme las infiltraciones de cada 6 a 3 meses, para ver si así se regenerase más rápido, lo que me resultaba mas dolor cada poco tiempo. Yo por ese entonces tenía esperanza de que para ese verano lo tuviera repoblado, porque ya llevaría 1 año en infiltraciones. En el mes de abril me hicieron otra infiltración, pero la cosa seguía más o menos igual. Pasó el tiempo y presenté la colección de moda, me fue genial y estaba en un punto muy contento de mi carrera por el gran trabajo que conseguí hacer. Pero el pelo seguía igual, estaba estancado. El 14 de enero de 2018 concretamente fui a ver el concierto de Joanne world tour de Lady Gaga. En el que hizo una gran actuación pese a estar mal con su salud con la fibromialgia. Me ayudó a coger fuerzas para empezar el año.
En Junio de 2018 me volvieron hacer otras infiltraciones, ya que seguía la cosa igual. Pensaba que por el estrés de la colección de moda, me había pasado factura. Pero a día de hoy sigo diciendo que mereció la pena. Pero por ese entonces ya había acabado las clases y empezaba otra vez el verano. Recuerdo ese verano en el que me volvieron varias inseguridades mías con el pelo. Tras ya llevar un tiempo con las infiltraciones que no notaba evolución, me puse a buscar algún centro especifico en alopecias, para que me dieran otro diagnostico de lo que me pasaba. Después de un tiempo investigando me decanté por la IMD (Instituto Médico Dermatológico), ya que tenía muy buenas reviews. Entre en consulta, algo nervioso y estuvieran analizando el pelo y luego les conté mi evolución con tratamientos con otros sitios. Me atendió muy bien, lo que vi que se quería centrar en posibles tratamientos indoloros que me podrían ir bien. Esos eran de hacer una limpieza del cuero cabelludo y sesiones de láser para estimular el cuero cabelludo. Tal como me hablaba, me tranquilizaba pero me suponía unos tratamientos sobre 1500-2000€. Cuando escuche el precio, automáticamente le dije que me lo pensaba y les diría algo. Después de la consulta me hizo una balanza y realmente habían más contras que pros. Me vendía unos tratamientos que ella misma no me podría asegurar si en mi caso, al final saldrían cabello, y por el elevado precio me echaba para atrás. Lo que más me convencía era que era indoloro, y solo de pensar en las infiltraciones me daban escalofríos. Decidí esperar a la siguiente consulta de la dermatóloga y aclararme.
Al empezar el nuevo curso en BAU, seguía con el pelo más o menos igual. Continué las asignaturas que había partido el curso anterior, y las mezclé con las del último curso de BAU. Como tenía más tiempo me venía muy bien con el inglés. El mes de Octubre, tenía otra consulta, en la cual me daba angustia ir por el dolor que recibiría con los pinchazos. Pero así podría aclararme sobre si hacerme el nuevo tratamiento costoso en IMD. Se lo comenté a la doctora y me dijo que podía hacerlo. Pero sería tirar el dinero, ya que actualmente no hay nada que en alopecia areata pueda regenerarlo si no es por infiltraciones o vía en pastilla (más agresivo). Gracias a ello se me quitó la duda que tenía en la cabeza, y decidí continuar con las infiltraciones. La doctora notaba que lo pasaba algo mal durante las infiltraciones, y entonces me receto una crema anestésica para que me la pusiera antes de la intervención y así sentir menos dolor, pero se seguía notando bastante.
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