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3. MI PRIMERA CONSULTA

Actualizado: 4 sept 2020

En este tercer episodio se cuenta la experiencia desde la primera consulta hasta los primeros dos meses de tratamiento de la alopecia.




El 9 de enero de 2013 tuve la primera consulta con el dermatólogo de la mutua llamado Doctor Lopez Perez, donde me atendió muy bien por el problema y me resolvió todas las preguntas que tenía en la cabeza. Me comentó que lo que tenía no era calvicie, sino alopecia, concretamente la areata por la forma redonda de la clapa. Me explico cosas positivas como que los folículos del cuero cabelludo de esa zona seguían vivos aun. Pero también no tan buenas, como que ese tipo de alopecia hacía que el sistema inmunitario se descontrolase y atacase en zonas del cuero cabelludo, que en mi caso afecto en esa zona del pelo haciendo que se me cayera. Me comento que un factor que puede provocar esto es cuando el sistema nervioso esta alterado, es decir cuándo experimentamos gran dosis de ansiedad. No era consciente realmente pero en ese entonces tenía ansiedad y no sabía ni lo que era, ni tenia pautas para poder sobrellevarlo, era normal lo que me estaba ocurriendo. La sensación que tenía era de un estado en el que no podía desconectar y eso lógicamente repercutía a la hora de poder estudiar. El dermatólogo me recetó productos para facilitar el crecimiento de la zona, y me derivó al psicólogo debido a mi situación, para poder tratar el problema también desde dentro y aprender a gestionar esa ansiedad que un día apareció. También me entrego diazepam por si necesitaba en alguna ocasión, pero me dijo que si podía prescindir de ello mejor, ya que tendría que controlar mi ansiedad desde dentro ya que no podía depender siempre de ese medicamento. Me recomendó que hiciera ejercicio, que por ejemplo si no me gustaba ningún deporte en concreto que fuera a correr, y así hice. Realmente ir a correr me salvó de una medicación de por vida junto con ir al psicólogo. Me hacía desconectar y poder concentrarme a la hora de estudiar, eso me ayudó mucho, incluso es algo que a día de hoy lo sigo haciendo cuando me saturo en mi cabeza y necesito evadirme del mundo. También retomé el ir a patinar con patines de línea, que no solía ir desde hace un par de años, ya que me hace sentir libertad y bien en mí mismo. Pero en ese entonces la idea del problema de la alopecia fue un trauma que yo mismo tenía que superar, y aún quedaba mucho camino. Sentía rabia e impotencia al mismo tiempo por ser yo al que le estaba pasando. No había escuchado nunca lo que era la alopecia, no conocía a nadie de mi entorno con ese problema, bueno conocía lo que era la calvicie, pero no el problema que me pasaba. Me fue muy duro por la respuesta que me dijo el doctor, que no sabía cuánto tiempo me tardaría en regenerarse. Tampoco de si no se restablecería en un futuro del todo, pero me afirmó que sí o sí se me haría más grande y me podrían aparecer otras más. Lo que sí me alivió algo era de saber lo que tenía, de que había esperanzas de tratar a tiempo para que no se hiciera en lo menos posible más grande, ya que esa zona no estaba muerta. En esos momento de extrema desesperación, recuerdo pensar en hacerme un injerto de pelo en el caso de que no me volviera a repoblarse. También me ponía de tiempo límite a que saliera mínimo antes del verano, ya que me hacia preguntas como… ¿Cuesta mucho hacerse un injerto?¿ Qué pasará cuando vaya a la playa? El agua me lo hará visible y ¿Qué pensará la gente? ¿Me miran extraño? ¿Pensaran que voy a una peluquería donde no me saben cortar el pelo? ¿Y si fuera para toda la vida? ¿Y si me aparecen más placas? ¿Y si no se regenerasen?


Pues resulta que después de la consulta la cosa fue mejor. El tratamiento estaba siendo efectivo, y estaba creciendo pelo en la zona. Utilizaba los medicamentos que me había recetado el doctor como el clarelux en espuma, lo que al cabo de unas semanas lo deje de utilizar, ya que me irritaba el curo cabelludo. También fue por eso que acabé solo poniéndome el regaxidil 20 ml (minoxidil) todo los días y unas vitaminas llamadas medebiotin fuerte, una al día y otra durante la noche. Pero cuando todo parecía ir bien, al cabo de dos meses en los que me estaba creciendo el pelo, me empezó a salir otra en la parte frontal de la cabeza. Para mí, esta fue la peor, ya que venía de una que se me estaba repoblando y lo peor de todo era la zona donde me apareció, porque tenía el pelo corto y se me notaba considerablemente. Fue entonces cuando me deje crecer más el pelo, me dejé flequillo para poder tapar esa zona.


Centraba toda mi atención en cubrirme la placa de pelo, que con el tiempo me genero manías de tocarme siempre el pelo. Recuerdo las primeras veces que fui a la peluquería con la placa que me generaba mucha ansiedad por si me cortasen demasiado y se notara, en las cuales muchas veces venía destrozado a casa por lo mal que me cortaron. Por eso me centré en ir siempre a la misma peluquería y actualmente voy a la de mi pueblo, en Sant Boi, así te ahorras el tener que estar contando tus problemas de cómo he acabado así con la alopecia.

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