En este quinto episodio se cuenta la experiencia de sucesos que me han marcado desde la biopsia hasta acabar el primer curso de 1º de bachiller
El tiempo pasó y llegó el final del curso, en el que me coincidió con la cita que me dieron para ir al especialista de la seguridad social en dermatología. Me visitó la doctora Arantxa Garcia Cruz, en el que me recomendó que si no me estaba funcionando el tratamiento que estaba utilizando, me pusiera el Lacovin 20 ml cada día y me tomase dos vitaminas al día llamadas Chelidon. A la vez me programó de hacer una biopsia para descartar que mi alopecia fuera de causas hereditarias. El 12 de junio del 2013 me realizaron la biopsia, un día en el que fue bastante traumático, ya que no me lo habían realizado nunca. Consistía en cortar un trozo de tejido de la cabeza, y bueno fue bastante doloroso, incluso con anestesia. Estuve todo el día con dolor en la cabeza, como si me estuvieran pinchando en la zona donde me lo hicieron, en las cuales me daban hasta escalofríos del dolor. Recuerdo que incluso decidí ir a clase ese día, ya que era muy importante por un examen. Los resultados de la biopsia resultaron ser que no era hereditario, pero se toparon con indicios de que pudiera ser por tracción (compatibles con tricotilomania). Es un tipo de alopecia que se caracteriza por utilizarse fuerzas externas, ya sea haciéndese trenzas, tintes agresivos, planchar el pelo, utilizando gorras o manías de estirar o retorcer el pelo. Por un momento puede que esa clapa me salió por ese tipo de acción ya que en el pasado me estiraba el flequillo con la plancha del pelo, también utilizaba gorros para que se me quedara más chafado, pero aun así la doctora no le parecía claro, así que dijo de seguir utilizando el mismo tratamiento que me recetó.
A principios de verano me fue angustioso algunas veces que iba a la playa o la piscina. Sobretodo por la reacción de personas desconocidas, por eso evitaba estar poco tiempo en el agua, ya que suponía sentir vergüenza e inseguridad asegurada. También recuerdo algo positivo cómo ir al pueblo de mi padre, en Campanario (Extremadura). Recuerdo que el ir allí me abrió la mente en saber muchas cosas de mi mismo, en el que me di cuenta de la importancia de la salud mental, ya que seguía con ataques de ansiedad. Allí hablé con una de mis primas lejanas, que me contó que la muerte de su abuela le afecto mucho, y me regalaron un libro de autoayuda, que le había ayudado a superar mejor la perdida. Conecté mucho con ella por lo que me había pasado, así que me lo leí ese mismo verano. Me ayudo mucho ese libro, recuerdo que me dió una lección de consciencia sobre mi ansiedad y la importancia de cuidarse desde por dentro. También me acuerdo que me marcó el álbum Bargerz de Miley Cyrus, en el que pude ir a su concierto ese mismo verano. También el comeback de Lady Gaga con la canción applause, donde lo vivía muy intensamente.
A comienzos de Septiembre empecé segundo curso de bachiller, en el que milagrosamente empezaba a repoblarse bastante la clapa. Pero cuando una cosa va bien, otra mala sucede, y me empezó aparecer una clapa pequeña en el lateral izquierdo de la cabeza. Era muy frustrante ver cómo después de meses se estaba regenerando una, y luego otra. Es como estar en una lucha constante y esfuerzo en estar cada día siguiendo el tratamiento, para que luego te saliera otra para rematar. Lo peor de todo era no saber si de aquí a otro mes surgiera de nuevo. Pero ante lo malo, tenía la suerte de que en un año, la primera clapa se había regenerado por completo y la segunda estaba casi repoblada. A la vez la clapa lateral izquierda se podía disimular mejor que la frontal. El nuevo curso era más exigente, y se complicó mucho mas respecto al anterior. En el a partir del segundo trimestre ya nos preparaban para la selectividad y era tal cantidad de información, que tenía que ir aprendiendo, ya que cada temario era acumulativo y si desde el principio no lo pillaba, lo iba arrastrando hasta el final. Aunque llevaba algo mejor la ansiedad, el primer trimestre me fue muy mal y me empecé a saturarme por la cantidad de información que tenía que estudiar. Me resultaba complicado concentrarme al estudiar, no dormía lo suficiente ya que me pasaba muchas horas estudiando, debido a que en mi caso necesitaba más horas para entender el temario. A todo ello, era lógico que arrastraba el primer curso, cosas que me habían pasado como la alopecia, el salir del armario y juntarme con gente que no debía. Pero como no me rindo a la primera, decidí continuar el curso para ver si podía recuperar el ritmo de clase.
A comienzos de 2014 ya había pasado un tiempo y la nueva placa iba creciendo, y fue por ello que volví a ver al Doctor Lopez Perez, el dermatólogo de la mutua, para ver qué me podía decir sobre la nueva placa. Se alegró por las antiguas ya que estaban del todo repobladas, lo que la nueva estaba creciendo bastante. Me dijo que la placa iba a crecer más, y que posiblemente tardaría mucho más que las anteriores debido a que los laterales, el riego sanguíneo no pasa tanto la sangre como en otras partes de la cabeza. Estaba muy preocupado, ya que en las anteriores veces para mí ya fue mucho tiempo en lo que tardó a salir el pelo. Aunque la realidad solo había pasado un año, pero en mi cabeza fue como si fueran 5 años. Otro reto se me había puesto en camino, durante el peor curso de mi vida. Paso otro mes y estaba en pleno segundo trimestre, el cual estaba siendo una tortura. En cuanto a los estudios, llegue a un punto en el que mi cabeza iba a explotar, mi ansiedad fue a peor, llegue a un estado de bloqueo y presión que no me permitía dar lo mejor de mí miso y eso me estresaba más. Notaba que necesitaba ir a un nivel mas lento, porque sabía que podía hacerlo pero no a ese ritmo, así que decidí partirme el curso. Decidí centrarme en sacarme dos asignaturas y el otro año acabar las demás. Me costó mucho tomar la decisión desde un principio, ya que me esforzaba tanto en estudiar, pero luego los resultados no eran buenos y eso me destruía mentalmente. Sentía que estaba decepcionado y fallando, pero en aquel entonces no sabía controlar la ansiedad y saber desconectar para luego estudiar. Mas tarde entendí que había hecho lo mejor, porque mi salud mental y física no estaba bien y necesitaba marcar mi propio ritmo. Finalmente pude sacarme las dos asignaturas ya que no tenía tanta presión. Ese mismo verano me vino muy bien, en el desconecte muchísimo y me organicé los apuntes de las otras asignaturas que tenía que hacer.
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