En este cuarto episodio se cuenta la experiencia con la ansiedad, inseguridades emocionales y la sexualidad
Al principio toda esta ansiedad que me provocaba, me hacía tener grandes dolores de cabeza y mucha presión en el cuero cabelludo, y pensar que se me harían más clapas dónde tenía presión, haciendo que me preocupase más. Me imaginaba que se me llenaría la cabeza de placas de alopecia. He llegado a ir a urgencias por ataques de ansiedad que me generaba yo mismo por la preocupación. Incluso algunos días no podía estar en clase y tenía que salir en medio de clase por que me daban incluso mareos. Continuando con otros problemas personales, desde comienzo del año me estaba juntando con gente que no me convenía. Hacían que no me centrase en trabajar en mis problemas, solo al evadirme a salir por la noche, cosa que era un efecto rebote al día siguiente. Gracias a una mala experiencia personal que me ocurrió, me di cuenta de quién debía de estar a mi lado o no. Cuando empece a ir a terapia, gracias a la psicóloga, que se llama Rocio, me fue ayudando a controlar estos pensamientos obsesivos sobre la alopecia que me generaban ansiedad. También de cuidar mi autoestima y centrarme en mis estudios ya que en parte no me organizaba bien a la hora de estudiar. A todo esto, gracias al ir al psicólogo me abrí conmigo mismo, también por la etapa de la adolescencia, que era joven, los nuevos compañeros de clase, en los que algunos incluso me atraían, condujeron a un año en el que aceptase mi sexualidad. Mariluz, mi profesora de empresariales, al ver que en la misma clase me daban ataques de ansiedad, e incluso en plena semana de exámenes faltaba a clases previas por lo mal que lo pasaba en clase, se dio cuenta, y quiso hablar conmigo. Ella estaba preocupada, me veía mal, me notaba como perdido y ausente en clase, y muy vergonzoso con los compañeros y me dio un consejo. Me dijo que para estar bien con la gente, primero tiene uno mismo que estar bien por dentro y aceptarse tal y como es. Esas palabras me sanaron y en mi cabeza comprendí que algo más me estaba pasando, faltaba expresar lo que ya llevaba años sintiendo, salir del armario. Las palabras de Mariluz, me animaron a contárselo a mi madre, aunque por suerte ya se lo esperaba. Ir al psicólogo siempre a sido un gran tabú donde la gente lo oculta, ya que a simple vista parece como si estuvieras enfermo. Tuve una temporada que me daba vergüenza decir que iba a terapia, me costo decirlo a mi entorno, ahora quien lo diría que lo estaría contándolo en mi trabajo final de carrera. Ir al psicólogo creo que es necesario, no hay nada de malo, recuerdo que mi primera vez, fue mientras iba a primaria, ya que recibí un gran acoso por parte de algunos chicos de clase porque me gustaba cosas diferentes a los niños. Y sí, se me hacía extraño ir a consulta, aunque por esa época no le daba importancia, cosa que uno cuando crece la cosa cambia. Como consejo que he aprendido a todo esto, es que no dejes de quererte nunca, y sé lo que siempre quisiste ser.
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